La Facultad de medicina de la Universidad Estatal de Ohio -Columbus, EEUU- junto con el Centro Médico Wexner publicó un estudio en la revista científica Natura Metabolism que asegura que el deporte durante el embarazo puede ser bueno para el bebé. El artículo, que es muy específico, revela que la actividad física moderada en mujeres gestantes promueve el aumento de un compuesto en la leche materna que puede reducir el riesgo de desarrollar problemas de salud como diabetes, obesidad o enfermedades cardíacas en los niños.
Ese compuesto es el “oligosacárido 3′-sialilactosa o»3sl»” y se descubrió que aquellas mujeres embarazadas que hacían ejercicios tenían más cantidad en la leche materna. El estudio se hizo a 150 mujeres embarazadas y aclaró que no es necesario hacer ningún esfuerzo; una caminata puede aumentar el nivel de ese compuesto y no está relacionado con la intensidad del ejercicio.
El trabajo se inició con ratones nacidos de madres sedentarias y alimentados con leche materna durante el embarazo. Los especialistas notaron que los cachorros habían heredado algunos beneficios para la salud, pero no desde el punto de vista genético, sino a través de la leche. A partir de esa confirmación, las pruebas pasaron a ser con humanos y ante la efectividad confirmada, la idea de los investigadores ahora es aislar y conservar el “3sl” para que en casos de imposibilidad de aumentarlo, pueda sustituir la leche materna.
¿Qué ejercicios se recomiendan? Obviamente, hay que consultar con el obstetra qué actividades sugiere hacer sin riesgos de caídas o traumatismos, más allá de que las mujeres hayan practicado previo al embarazo alguna actividad de impacto. Natación, que mejora la respiración y puede ser útil en vista del parto; yoga, que también aporta beneficios similares pensando en el momento del nacimiento; caminar, es otra de las actividades aconsejadas y también andar en bicicleta, aunque ésta se recomienda hasta el quinto mes del embarazo.
En síntesis, los estudios de observación de mujeres que hacen ejercicio durante el embarazo demuestran muchos beneficios. A los ya nombrados sobre la salud del bebé, les sumamos los que ayudan a los cuerpos gestantes: disminución de la diabetes, mejora el tiempo de recuperación pos parto, previene los trastornos de depresión luego del nacimiento.
Lógicamente, hay que tener en cuenta una serie de indicaciones. Se debe realizar una evaluación clínica exhaustiva antes de recomendar un programa de ejercicios para garantizar que la paciente no tenga un motivo médico para evitar dicha actividad. En ese sentido, los Obstetras-ginecólogos y otros proveedores de atención prenatal deben evaluar cuidadosamente a las mujeres con complicaciones médicas antes de hacer recomendaciones sobre la participación en la actividad física durante el embarazo.
¿Todas las embarazadas pueden hacer ejercicio? La mayoría sí. Hay pocas afecciones médicas maternas en las que el ejercicio está contraindicado, pero hay que analizarlo y planificarlo individualmente con el médico.
Para cerrar, un ejemplo muy frecuente: el embarazo produce cambios anatómicos y fisiológicos que deben tenerse en cuenta. Los cambios más comunes durante el embarazo son el aumento de peso y la modificación en el punto de gravedad que resulta en una lordosis progresiva. Estas modificaciones conducen a un aumento de las fuerzas a través de las articulaciones y la columna vertebral. Como resultado, más del 60% de las mujeres embarazadas experimentan dolor lumbar. El fortalecimiento de los músculos abdominales y de la espalda podría minimizar este riesgo.
No te quedes quieta, y consultá con el obstetra cuáles ejercicios podés hacer.