Durante la cuarentena se cambiaron muchísimos hábitos y en ese sentido, también se modificó la utilización del tiempo para cada actividad. Sobró tiempo y faltó tiempo, según la rutina, las responsabilidades y obligaciones de cada persona en torno a la evolución de la pandemia y el confinamiento. En el plano deportivo, la administración de las horas también es importante. ¿Cuánto tiempo de actividad física es saludable y cuál es el mínimo para que valga la pena el esfuerzo?
El deporte es sano para el físico y para la mente. Eso está claro. En este caso, nos vamos a centrar en el bienestar del cuerpo. Entre los adultos, para una actividad física moderada, supongamos aeróbica, lo ideal son 30 minutos por día por lo menos cinco veces a la semana. En ese lapso de tiempo se acelerará la frecuencia cardíaca y con la repetición de rutinas, combinadas con una buena alimentación, se puede lograr un peso saludable.
Si bajamos el rango etario; adolescentes y niños, lo recomendables es entre 45 y 60 minutos por día y el tipo de ejercicio a realizar dependerá de la forma física de cada persona y el estado de salud.
Según expertos en salud, una buena manera para mantener un corazón sano es el ejercicio aeróbico: aumenta el ritmo cardíaco y emplea oxígeno. Los ejercicios más comunes son caminar, correr o andar en bicicleta.
El ejercicio aeróbico ayuda a mantener el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y los músculos sanos. Combinado con una dieta equilibrada, es lo mejor para mantener un peso saludable.
¿Cómo darse cuenta si la actividad es saludable? La frecuencia cardíaca máxima se calcula restando a 220 la edad en años. Por ejemplo, la frecuencia cardíaca máxima de una persona de 50 años sería 170 pulsaciones por minuto -ppm-. Así que una frecuencia cardíaca saludable para alguien de esta edad estaría entre 85 y 102 ppm, lo que equivaldría a un ejercicio moderado.
Una manera de medirse el pulso es hacer una breve pausa durante la actividad, contarse el pulso en la muñeca durante 15 segundos y multiplicarlo por cuatro.
Lógicamente, lo ideal es empezar suavemente, con una entrada en calor y luego ir aumentando la intensidad de manera gradual. De esa manera, se puede ir incrementando la exigencia para llegar a la frecuencia cardíaca pretendida; eso es señal de que el cuerpo se vuelve más eficiente en el uso de oxígeno.
Alcanzar los 150 minutos de entrenamiento por semana tiene sus beneficios. Si bien no parece demasiado tiempo, según estudios universitarios, la gente que llega a ese tiempo de entrenamiento tiene una protección frente a las enfermedades no transmisibles de un 30%. Además, esta actividad física planificada asegura la quema de 1.000 calorías.
Pero la actividad física, aunque sea moderada, no sólo impacta en el físico. También tiene beneficios desde el punto de vista psicológico. Mejora el autoestima, la calidad del sueño y el descanso, disminuye los niveles de ansiedad y controla el estrés.
La llegada de la temporada de verano puede significar un buen momento para empezar a hacer ejercicios. Lo recomendable es hacerlo durante todo el año, pero nunca es tarde para arrancar. Desde nuestro espacio, invitamos a una consulta médica previa para descartar cualquier imprevisto y obtener el permiso de salud respaldado por un profesional.
¡Acordate! 30 minutos por día, cinco días a la semana.