“No se piensa sin imágenes” - Aristóteles
Los símbolos están presentes en el ser humano desde su origen. Desde que marcó las paredes de la cueva, dejándola atrás. Una estructura puede levantarse, un pueblo entero se puede encolumnar detrás de ellos, pero: ¿Qué es un símbolo? ¿Para qué sirve?
Los símbolos son la forma de representar un pensamiento o idea cultural y pueden variar según el contexto. Se apoyan en las experiencias de las personas lo que, con ayuda de la interpretación, producen el reconocimiento de forma rápida, como una suerte de resumen de varias ideas en una sola cosa.
Determinados grupos o sociedades suelen tener símbolos para identificarse internamente y distinguirse de los demás, y a su vez, retroalimentar el sentido de pertenencia, cargándolo de contenido emocional. Esto fue muy bien aprovechado por los estados (banderas, himnos, escudos) y las religiones (estatuas, medallones, libros) para desarrollarse dentro de una comunidad.
Cabe destacar que un símbolo puede cambiar con el correr del tiempo, incluso dentro de la misma cultura de origen. Lo que puede ser un símbolo de status o de miedo, puede convertirse radicalmente en algo opuesto a lo original.
Asimismo, los medios de comunicación han sido productores de símbolos con eficacia y celeridad en el siglo XX. Han transmitido símbolos a través del sexo, la moda, y hasta por medio de dibujos animados. Y no hay que olvidarse de la industria de la publicidad, que ha hecho un arte a partir de logotipos para identificar a empresas como símbolos de éxito y poder.
En definitiva, los símbolos son inherentes a nosotros, son las formas más simples de representar lo que queremos decir al otro, fácil y rápido.