El consumo diario de frutas y verduras es fundamental para contribuir a una alimentación saludable, ayuda a garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética y adquirir los micronutrientes esenciales para nuestro funcionamiento metabólico. Asimismo, contribuye a la prevención de la obesidad y de numerosas enfermedades, como las cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Por lo tanto, es sumamente importante entender por qué es fundamental lavar bien las frutas y verduras, para evitar intoxicaciones innecesarias.
Las verduras que se consumen crudas están sujetas, en su procesamiento, a riesgos de contaminación microbiana y de sustancias químicas tóxicas, como por ejemplo, los plaguicidas. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demostró que cada año mueren 1,8 millones de personas como consecuencia de enfermedades diarreicas, cuya causa puede atribuirse, en la mayoría de los casos, a la ingesta de agua o alimentos contaminados. Actualmente, las más de 200 enfermedades conocidas que se transmiten a través de los alimentos se denominan "enfermedades de transmisión alimentaria", y generalmente, se pueden prevenir con una manipulación adecuada de los alimentos.
La OMS trabaja desde hace tiempo en la necesidad de concientizar a la población sobre la correcta manipulación de los alimentos. Para ello publicó en 2001 las "Cinco claves para la inocuidad de los alimentos". El contenido de dicho documento se puede agrupar en 5 ideas generales:
- Mantener la limpieza
- Separar alimentos crudos de los cocidos
- Cocer completamente los alimentos
- Mantener los alimentos a temperaturas seguras
- Usar agua potable y materia prima aprobada
En relación al último ítem, el cuidado en la selección de las materias primas y la adopción de medidas simples como el lavado y el pelado, pueden reducir considerablemente el riesgo a contraer enfermedades de transmisión alimentaria. En la actualidad, el hipoclorito de sodio concentrado (lavandina) es el principal producto utilizado para la desinfección de frutas y vegetales. Es un medio muy eficiente, en cuanto a su poder desinfectante, y muy económico, pero tiene ciertos riesgos debido a que es un producto irritante y corrosivo. De manera que hay que tener muchos cuidados al momento de manejarlo, en altos niveles de concentración es muy peligroso. Por ende, es necesario seguir las recomendaciones que cada fabricante coloca en las etiquetas, y evitar aquellos productos envasados por terceros o lo que comúnmente se llama “sueltos”.
Para sanitizar los alimentos de manera adecuada, se deben seguir ciertas normas de seguridad e higiene. Primero, se colocan los vegetales en la pileta de la cocina y se los lava uno por uno sólo con agua para quitarles la suciedad. Luego, hay que retirarlos y colocarlos sobre la mesada limpia y desifectada. A continuación, se hierve agua y se arroja sobre la superficie de la pileta para desinfectarla. Una vez que la pileta esté limpia, hay que llenarla con agua potable fría con una jarra medidora para saber cuánta cantidad de agua estamos colocando. El agua debe llegar a un nivel en el que los vegetales queden sumergidos. El próximo paso es agregar lavandina apta para desinfección de alimentos/agua con un gotero. Como explicamos más arriba, es necesario leer el envase, ya que no todas las lavandinas son aptas para la desinfección de alimentos, y además, varía la concentración adquirida según la marca del producto. Finalmente, se dejan los vegetales embebidos en agua y lavandina por unos minutos, luego se lavan con agua potable y se los seca apropiadamente para llevarlos a la heladera.
Frente a la nueva configuración mundial de pandemia sanitaria entorno al Covid-19, es inminente tomar conciencia del correcto lavado y manipulación de alimentos, no sólo para evitar la propagación de este virus a través de superficies, sino para evitar las cientos de enfermedades de trasmisión alimentaria.