Hospitales que se construyen en cuestión de días e inteligencia artificial para detectar el virus son algunas de las muestras más deslumbrantes de las últimas semanas.
Ya sabemos a esta altura que la nueva cepa del Coronavirus que aterra al mundo surgió en China, y aún peor: apareció previo al año nuevo chino, el suceso de mayor movimiento de personas que se da dentro del país, y en muchas ciudades del mundo. La enorme población y el hecho que el año nuevo chino es para ese país una celebración equivalente a nuestra Navidad, Pascuas, Semana Santa, Carnaval y Año nuevo juntas en una sola, hizo que la propagación de la enfermedad se desarrolle con mayor celeridad.
Es imposible evadir la comparación con el síndrome respiratorio agudo grave -SARS por sus siglas en inglés-, detectado por primera vez a fines de 2002, también en China y que dejó 700 muertos alrededor del mundo. Sin embargo, el virólogo Guan Yi, que ayudó a identificar este virus en su momento, dijo en declaraciones con el Washington Post que en un nivel conservador, la pandemia del coronavirus es probable que sea 10 veces peor que el SARS.
Bajo este panorama, no obstante, hay un aspecto positivo en comparación a 2002 y es el acelerado progreso exponencial que se viene dando en ciencia y tecnología en los últimos tiempos. Algunos ejemplos:
Infraestructura:
Al poco tiempo de propagarse masivamente el coronavirus, el gobierno chino comenzó la construcción de un hospital con capacidad de 1.000 camas en Wuhan, creado específicamente para tratar la enfermedad y aislar pacientes. El objetivo fue ponerlo a funcionar en solo 10 días, utilizando tecnologías de edificios prefabricados.
La construcción terminó en 9 días, al onceavo tomó sus primeros pacientes. Consta de 60 mil metros cuadrados, dos pisos, varias salas aisladas y 30 unidades de cuidado intensivo. Incluso se podía acceder a una transmisión en vivo para seguir la construcción.
A través de la tecnología prefabricada trabajaron en la construcción de los cimientos y la estructura en paralelo, algo imposible en la arquitectura tradicional. Los elementos prefabricados se produjeron en una fábrica lejana al mismo tiempo que otro equipo trabajaba en los cimientos en el lugar de construcción. Una vez que ambos estuvieron listos, se procedió al armado mediante grúas, como si se tratara de grandes piezas de lego encajando entre sí. Ayudó a acelerar el proceso el hecho que los planos utilizados fueron los de un hospital fabricado para luchar contra el SARS en su momento.
Inteligencia Artificial:
Empresas de I.A. como Megvii y Baidu desplegaron rápidamente sistemas remotos avanzados para tomar la temperatura y detectar fiebre en pasajeros de estaciones de tren de Beijing.
Estos sistemas pueden tomar la temperatura de una persona en una multitud a una distancia de hasta cinco metros. También funcionan a través de máscaras o sombreros, y con un margen de error dentro de los 0,3 grados celsius. A su vez, pueden medir la temperatura de hasta 15 personas por segundo y por punto de control, y localizar rápidamente una persona en un grupo de imágenes para enviar alertas de fiebre.
Por su parte, Alibaba y Baidu han compartido sus herramientas de I.A. de secuenciación genética con la comunidad científica que se encuentra en busca de una cura.
Alibaba también formó un equipo junto al Global Health Drug Discovery Institute de Beijing para crear una base de datos abierta para el virus. La plataforma no solo será utilizada para rastrear el virus, sino también para ayudar a acelerar el proceso de investigación de secuenciación/alteración del gen del virus. Además, se está trabajando en el escaneo de proteínas y otras soluciones de prevención.
Baidu, el motor de búsqueda más utilizado en China, también liberó el algoritmo LinearFold para su uso en laboratorios de investigación, que predice el comportamiento de proteínas ARN -ácido ribonucleico-. Una herramienta muy necesaria para la temprana detección del virus.
Otras iniciativas tecnológicas van desde robots limpiadores que despliegan desinfectante en las salas aisladas para facilitar el tratamiento y evitar el contagio de personas saludables, hasta asistentes de voz con inteligencia artificial que realizan llamadas a las personas para darles consejos sobre prevención y cuarentena en el hogar.