La expresión en latín clásico, cuya traducción es ‘una mente sana en un cuerpo sano’ fue extraída de uno de los poemas satíricos escritos por el autor romano Décimo Junio Juvenal, entre los siglos I y II d.C. El texto completo dice que “debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano”. Miles de años después, un estudio universitario asegura que no es necesario orar, sino que practicar alguna disciplina ayuda a nivel cognitivo y cerebral.
El Instituto de Neurociencia Cognitiva de la University College de Londres realizó un estudio, y a través de distintas pruebas, demostró que el cerebro de una persona que practica deporte tiene la posibilidad de reaccionar un 10% más rápido en situaciones de estrés y presión, en comparación a alguien que no practica ninguna disciplina. Además, este análisis británico indicó que los deportistas superan un 20% en cuanto a la precisión de la memoria a las personas sedentarias.
Más allá de que el deporte es recomendado para toda edad, lo que plantea la University College es que la actividad física, especialmente si se realiza en la juventud y adultez, consigue aumentar las sustancias químicas del cerebro lo que ayuda a prevenir la degeneración de las neuronas del hipocampo, área afectada en las demencias.
Puntualmente, indica que los ejercicios aeróbicos como pasear, nadar o pedalear de forma regular, son las actividades físicas más asociadas a un mejor funcionamiento mental. El estudio asegura que en el caso del Alzheimer, se puede prevenir o retrasar su aparición con el ejercicio físico, el cual también ayuda a evitar su progresión.
En Chile, tomaron nota de este estudio e inventaron el neuroboxing Parkinson, que busca desarrollar la práctica de esa disciplina en personas que padecen dicha enfermedad.
La idea fue del kinesiólogo Miguel Pino García, quien asegura que el entrenamiento adaptado de un boxeador puede resultar muy bueno, ya que se trabajan muchos elementos que benefician a los pacientes desde el punto de vista terapéutico: mejoran su fuerza, su coordinación, la capacidad de hacer más de una cosa a la vez, el equilibrio y balance, además de la habilidad para caminar mejor.
Pero el entrenamiento de un boxeador, no solo favorece a los pacientes de enfermedades agudas, sino que mejora la salud en general. Todas las enfermedades responden al ejercicio, que es un muy buen protector del cerebro y del cuerpo; cuida la salud del corazón y con el metabolismo de las grasas. También contribuye al sistema nervioso y permite que el cerebro y los nervios sean mucho más tolerantes al daño. Entonces, todos estos procesos -que se cree que están involucrados en la enfermedad de Parkinson y la muerte de las neuronas- no se ven detenidos, pero se vuelven más lentos, lo que hace que progresen de manera más tardía.
En otros países como Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos y Italia recomiendan además la danza, el Tai-Chi -arte marcial de origen chino- y ejercicios que combinen estiramiento con coordinación y equilibrio.
Por supuesto, cuando se trata de enfermedades severas, el principal beneficio se encuentra en una atención temprana. En ese sentido, las investigaciones sobre la ayuda de la actividad física al sistema cognitivo resaltan que es necesario actuar sobre las primeras etapas de la enfermedad, cuando comienza el daño cognitivo para poder ofrecer estrategias preventivas. Los distintos estudios en torno a esto recomiendan a los profesionales de la salud que estén directamente involucrados en programas de rehabilitación para administrar un programa de ejercicios adecuados.