La llegada de la primavera activa un estado anímico diferente al que tenemos en invierno. La espera por los días más cálidos y amenos contribuye a una mejor predisposición en nuestro estado anímico. Sin embargo, cada vez son más las personas que sufren síntomas de alergia en esta época, siendo la congestión nasal el primer indicio.
Aunque las alergias aparezcan y/o se mantengan a lo largo de todo el año, sin importar la estación, durante la época primaveral se incrementan los síntomas debido a la polinización. A lo cual hay que sumarle la predisposición del sistema inmunológico y factores genéticos y ambientales.
La alergia: reacción frente a lo diferente
Los alérgenos son sustancias extrañas al cuerpo y capaces de provocar reacciones alérgicas en las personas -polen, medicamentos, alimentos, productos químicos, ácaros, etc-, y que se van desarrollando según el ambiente y con el paso del tiempo, es decir, la alergia no se hereda de nacimiento, lo que si se hereda es la predisposición para desarrollarla.
La alergia se detecta porque el organismo produce mayor cantidad de anticuerpos ante un determinado alérgeno, para ello hay pruebas en sangre donde se mide la inmunoglobulina E alérgeno-especifica -IgE- y test cutáneos para saber a qué está reaccionando el sistema inmunológico.
Durante esta época hay mayor cantidad de polen suspendido en el ambiente y se adhiere a las fosas nasales, entonces, debemos prestar atención ante estos síntomas: