La última semana de abril se celebra la Semana Mundial de la Inmunización, promovido por la Organización Mundial de la Salud -OMS- para difundir y alentar la profilaxis en personas de todas las edades a través de la vacunación.
Según dicho organismo el 2017 fue un año récord en cuanto a la inmunización en niños ya que se registraron 116,2 millones de vacunados, el número más alto hasta el momento, sin embargo, en sus publicaciones sostienen que pese al progreso los logros son frágiles y queda mucho por hacer: enfermedades como “sarampión, la rubéola y el tétanos materno y neonatal acumulan retraso y, a lo largo de los dos últimos años, se han registrado en el mundo múltiples brotes de sarampión, difteria y otras enfermedades prevenibles mediante vacunación”.
Asimismo, este planteo que realiza la OMS cobra relevancia dado que en los últimos meses se ha observado nuevos debates en torno a si es realmente necesario vacunarnos. De hecho, se hizo habitual escuchar en medios de comunicación masivos diferentes noticias y situaciones de familias que decidieron no vacunar a sus integrantes, agrupados bajo el lema “vacunar produce riesgos”, como por ejemplo el supuesto desarrollo del espectro autista -tomando como base un estudio realizado en 1998 y que planteó la posible relación entre la vacuna triple viral -sarampión, paperas y rubéola- y el autismo, pero posteriormente se demostró que tenía graves sesgos y errores metodológicos, sin embargo causó tanta confusión que hasta el día de hoy se discute esta correspondencia entre vacunas-autismo, aunque ya quedó demostrado que no hay pruebas ni riesgos al respecto-. En relación a esto y a modo de ejemplo, se conoció un caso en Mar del Plata donde la Corte Suprema ordenó vacunar a un bebé recién nacido, cuyos padres fueron denunciados por las autoridades sanitarias de esa ciudad.
Paradójicamente, en un momento en el que Argentina no cuenta con Ministerio de Salud y hay alertas sobre la falta de algunas vacunas, tenemos uno de los calendarios de vacunación más completos del mundo cuyas vacunas son obligatorias y, a su vez, proporcionadas en forma gratuita por el Estado Nacional. No podemos eludir el hecho de que en nuestro país el movimiento antivacunas no es significativo, pero hay problemas en la adhesión de manera completa al calendario por los faltantes mencionados y por la dificultad en acceder al mismo por parte de la población -por ejemplo: falta de recursos en los vacunatorios estatales, horarios restringidos, variantes de stock, etcétera que hacen que la gente no pueda disponer de las vacunas y pase el tiempo para acceder a las mismas en las edades correspondientes para su aplicación-.
El beneficio con las vacunas es más alto que el riesgo que corremos. En el caso de la inmunización, hay debates que no caben debido a que se trata de la prevención individual y colectiva, y es un tema de interés público. La posibilidad de acceder a una vida saludable y fundar las bases para que una sociedad tenga posibilidades de desarrollo sostenible y crecimiento son el saneamiento, la higiene, el acceso al agua potable y la vacunación para mantener la inmunización en niveles seguros. Además, la cobertura sanitaria permite a los niños mantener una vida saludable desde el nacimiento y hasta una edad avanzada.